Circulación extracorpórea pediátrica:
¿Procesos especiales?
El artículo “Circulación extracorpórea y protección miocárdica pediátrica: ¿son especiales?”1 examina las técnicas de circulación extracorpórea y protección miocárdica en la población pediátrica, partiendo de la complejidad, diversidad y fisiología única de los niños, se requieren enfoques diferentes en la circulación extracorpórea y la canulación, en esta entrada realizaremos un resumen y cita del mismo.
La circulación extracorpórea (CEC) y la protección miocárdica pediátrica tiene características especiales que las distinguen de los adultos, la mayoría de los cirujanos cardiacos responderían afirmativamente de manera intuitiva. Sin embargo, es importante recordar que la CEC y la protección miocárdica en pacientes pediátricos deben seguir los mismos principios y objetivos que en la cirugía de adultos. Estos principios incluyen proporcionar un campo quirúrgico sin sangre para una exposición adecuada y preservar todos los órganos y sistemas del paciente de manera apropiada.
Particularidades de la cirugía cardiaca pediátrica:
La cirugía cardiaca pediátrica se enfrenta a una población muy heterogénea debido a la amplia gama de edades en la pediatría, que abarca desde recién nacidos hasta adolescentes de 18 años. Esto significa que los pacientes tienen diferentes pesos, desde los 2 o 3 kg de los recién nacidos hasta pesos equivalentes a los de adultos en los adolescentes. Además, con frecuencia las cardiopatías congénitas no se presentan de manera aislada, sino que se asocian con otros síndromes o cromosomopatías polimalformativas.
Diferencias fisiológicas en los niños:
Existen diferencias fisiológicas entre la población infantil y adulta debido a la menor volemia y la inmadurez de los órganos en los niños, que son más pronunciadas cuanto menor es la edad y el peso del paciente, siendo especialmente extremas en los recién nacidos.
Desafíos en el uso de la circulación extracorpórea en la población pediátrica:
Los problemas más importantes que plantea el uso de la CEC en pacientes pediátricos incluyen la hemodilución,calcular el flujo (se podrá bajar la temperatura), la presión de perfusión y el manejo de los gases en la sangre de acuerdo a la escuel ade PH stat o Alfa stat .
Aspectos quirúrgicos de la circulación extracorpórea. Canulación:
La canulación en la cirugía de circulación extracorpórea (CEC) en pacientes pediátricos presenta características distintas en comparación con los adultos. En el caso de la canulación en pacientes pediátricos, se enfrentan desafíos técnicos mayores debido al reducido tamaño de los vasos sanguíneos y su naturaleza más elástica. Esto implica la necesidad de lograr un equilibrio adecuado entre el diámetro de las cánulas seleccionadas y el diámetro de los vasos a canular, a fin de evitar problemas de perfusión durante el procedimiento de CEC.
Es importante tener en cuenta que la cánula arterial, que constituye probablemente el punto más importante en el circuito de la CEC, es un lugar crítico donde puede ocurrir hemólisis. Por lo tanto, es fundamental seleccionar una cánula con el diámetro más amplio posible, considerando el peso del niño, el flujo que se administrará y el diámetro de la aorta que se va a canular. Existe una tendencia hacia el uso de cánulas de pared delgada, alambradas y flexibles en estos casos.
Las cardiopatías congénitas suelen ser procesos patológicos más complejos que las enfermedades adquiridas en adultos. Además, hay una gran variabilidad de espectros dentro de una misma cardiopatía congénita, y a esto se puede agregar la concurrencia de diversas cardiopatías congénitas en un mismo paciente, lo que resulta en cardiopatías muy complejas en ocasiones.
Protección miocárdica pediátrica:
En los niños, contamos con la ventaja de que su árbol coronario es normal, lo que permite una distribución uniforme de la cardioplejía mediante la vía anterógrada, y generalmente tienen una función cardíaca normal. Por otro lado, en los adultos es más común encontrar ateromatosis coronaria, lo que puede resultar en áreas del miocardio mal protegidas, a pesar de utilizar diferentes métodos de administración de la cardioplejía (anterógrada/retrógrada/injertos coronarios). Además, no es raro encontrar enfermedades cardíacas adquiridas en los adultos que ya han dañado la función cardíaca al momento de la cirugía, lo que aumenta el riesgo de disfunción miocárdica después de la operación.
Otra diferencia importante es la presencia de un miocardio inmaduro durante los primeros meses de vida, que tiene características y un comportamiento diferente al miocardio maduro. Esto nos obliga a adaptar la técnica de protección del corazón según la edad del paciente. Aunque no hay un consenso sobre el momento en que ocurre la transición del miocardio inmaduro al maduro, parece que se completa durante el primer año de vida, y probablemente dentro de los primeros tres meses de vida.
En resumen, la cirugía cardiaca pediátrica presenta desafíos únicos debido a las particularidades de los pacientes pediátricos y las diferencias fisiológicas. El uso de la circulación extracorpórea en niños plantea problemas como la hemodilución, que tiene consecuencias clínicas negativas. Es fundamental adaptar las técnicas de circulación extracorpórea y protección miocárdica para abordar estas diferencias y garantizar resultados exitosos en la cirugía cardiaca pediátrica.
Referencias:
1. Martínez, F. V. (2014). Circulación extracorpórea y protección miocárdica pediátrica: ¿son especiales? Cirugía Cardiovascular, 21(2), 79-85. https://doi.org/10.1016/j.circv.2014.03.001